La migraña, también denominada jaqueca, es un dolor de cabeza que se caracteriza por ser intenso, palpitante o pulsátil (sensación de latido) y recidivante (reaparece en el tiempo, es recurrente). Generalmente se manifiesta únicamente en un lado de la cabeza, aunque, en ocasiones puede afectar a ambos lados.
Además, puede ir acompañada de otros síntomas como mareos, náuseas o fotofobia. Tiene mayor incidencia en mujeres y suele aparecer por primera vez entre los 10 y los 40 años, aunque puede desarrollarse en edades más tempranas o tardías.
Causas
La migraña es una alteración neurológica que, según su etiología, se produce como consecuencia de una inflamación en las meninges que provoca una sensación de dolor que se transmite al cerebro a través del nervio trigémino. Sin embargo, a pesar de los diferentes estudios, no hay una única causa concluyente que explique su aparición. Aunque, sí que existen factores que pueden desencadenar una crisis o ataque de migraña. Entre las causas más comunes encontramos:
- Genética: diferentes estudios han puesto de manifiesto el carácter hereditario de la migraña. Ya que existen variantes genéticas que desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de esta patología. Por lo que las personas que tengan antecedentes familiares de migraña tienen una mayor predisposición a padecerla.
- Alimentación: los malos hábitos alimenticios también son un factor de riesgo en el desarrollo de la migraña. Ya sea desde saltarse comidas o no seguir una dieta equilibrada hasta abusar del consumo de alcohol y/o cafeína. Así como la deshidratación o la ingesta de determinados alimentos como los procesados.
- Dolor cervical: esto es lo que se conoce como las migrañas cervicales o cefaleas cervicogénicas. Se producen como consecuencia de una afección en las vértebras cervicales.
- Cambios hormonales: especialmente los asociados a la ovulación y menstruación o la ingesta de anticonceptivos orales.
- Factores psicológicos: como el estrés, la depresión o la ansiedad.
- Cambios en la actividad física o exceso de ejercicio.
- Tabaquismo.
- Exceso o falta de sueño.
- Consumo de ciertos medicamentos.
- Exposición continuada a la luz solar o a la emitida por pantallas y/o a olores y ruidos fuertes o constantes.
- Factores ambientales como cambios de temperatura o de estación.
Síntomas y tipos
Como comentábamos la migraña suele provocar dolor de cabeza (cefalea) moderado o intenso. Se trata de un dolor de tipo pulsátil ya que provoca una sensación palpitante, de latido. Puede aparecer solo en un lado de la cabeza o en ambos. Suele manifestarse de forma espontánea y los síntomas y el dolor pueden ir aumentando de intensidad a medida que pasan las horas.
Además, puede ir acompañada de otras manifestaciones como mareos, nauseas o vómitos o intolerancia a la luz, al ruido y a los olores.
En función de la duración de los síntomas puede clasificarse en:
- Episódica: cuando la migraña se presenta de manera episódica y las crisis son poco frecuentes. Aunque se traten de episodios aislados el dolor puede tardar en remitir desde horas hasta varios días.
- Crónica: cuando se padece migraña 15 o más días en un mes.
Y en función de si va acompañada o no de otros síntomas podemos diferenciar entre:
- Migraña sin aura: el síntoma principal es el dolor de cabeza. Suele durar entre unas cuantas horas y varios días. Puede provocar intolerancia a la luz, los olores o sonidos y generalmente empeora al realizar ejercicio.
- Migraña con aura: este tipo de migraña va acompañada de otros síntomas además del dolor de cabeza y puede afectar al sistema neurológico provocando alteraciones visuales (visión borrosa, destellos luminosos), sensitivas (hormigueo en la cara o en las extremidades), del lenguaje (dificultad para articular palabras). Además, puede provocar otras alteraciones como la parálisis de un lado del cuerpo o la dificultad para concentrarse.
- Migraña o cefalea tensional: se caracteriza por provocar un dolor de cabeza leve o moderado que se manifiesta de forma constante. Generalmente se presenta una sensación de tirantez, rigidez o presión en la nuca, frente o a ambos lados de la cabeza. El dolor puede aparecer también al tocar o presionar los músculos del cuello, hombros o cuero cabelludo. Y se produce como consecuencia de una situación de tensión, sobrecarga o estrés muscular.
Diagnóstico y tratamiento
En caso de padecer alguno de los síntomas mencionados anteriormente es muy importante acudir cuanto antes a visitar a un especialista. Generalmente el primer reconocimiento se hace desde medicina interna y posteriormente se deriva a neurología.
Para diagnosticar la migraña se realiza una exploración neurológica, se estudia el historial clínico del paciente y se le hacen una serie de preguntas a fin de determinar el tipo de dolor, la zona en la que se presenta, si va acompañado de otros síntomas, con qué frecuencia se presenta, cuánto duran las crisis y si existen antecedentes familiares de migraña.
Una vez se tenga un diagnóstico preciso es importante comenzar cuanto antes con el tratamiento ya que cuanto más tiempo pase mayor es el riesgo de que se vuelva crónica. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN) al redededor del 3% de las personas que padecen esta afección pasan de una migraña episódica a una crónica cada año y cerca del 6% pasa de sufrir crisis con poca frecuencia a padecerlas con mucha frecuencia.
Algunos de los desencadenantes que hacen que una migraña reaparezca de manera crónica son el consumo excesivo de analgésicos, la falta de diagnóstico y de un tratamiento adecuado y la automedicación.
Es importante destacar que la Organización Mundial de la Salud incluye la migraña entre las 20 enfermedades más incapacitantes que existen. Es decir, que más dificultan a las personas que la padecen desarrollar su vida personal o profesional de manera habitual a causa del dolor.
Entre los tratamientos más comunes cabe destacar la ingesta medicamentos como antiinflamatorios o analgésicos para acabar con los síntomas y el consumo de fármacos preventivos para aquellos casos en los que las crisis son muy frecuentes e intensas y los analgésicos no han surtido efecto.
Sin embargo, existe un tratamiento innovador capaz de tratar de forma efectiva la migraña y sin necesidad de recurrir a una ingesta farmacológica abusiva. Se trata de un método no invasivo, indoloro y altamente efectivo: la fisioterapia láser bioestimulante combinada.
Este tratamiento combina la de forma específica la magnetoterapia y la laserterapia, entre otros métodos con el objetivo de bioestimular la terminación nerviosa afectada y reducir el dolor y la inflamación gracias a sus propiedades analgésicas y antinflamatorias. Reduciendo los síntomas y mejorando considerablemente la calidad de vida del paciente.
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