¿Qué es?
La artritis reumatoide es un tipo de artritis. Se trata de un trastorno inflamatorio crónico que se caracteriza por la rigidez, pérdida de movilidad de las articulaciones, hinchazón y dolor. Puede afectar a cualquier articulación pero, sin embargo, es más frecuente que aparezca en los dedos y las muñecas.
Es una patología diferente de otros tipos de artritis como, por ejemplo, la osteoartritis que afecta a las personas de avanzada edad y puede manifestarse en otras partes del cuerpo que no son articulaciones como la boca, los pulmones o los ojos. Esto se debe a que la artritis surge como consecuencia de un ataque a los tejidos del cuerpo por parte del propio sistema inmunológico de la persona.
En cuanto a su incidencia, las mujeres son más propensas a sufrir artritis reumatoide con respecto a los hombres y es más común en edades medias y avanzadas. Esta enfermedad puede ser aguda y presentarse durante un periodo determinado de tiempo o de forma intermitente. Sin embargo, en caso de que se mantenga o no se trate adecuadamente puede cronificarse y durar toda la vida.
Causas
Las causas de la artritis reumatoide se desconocen y siguen siendo un tema de estudio y debate para los investigadores. Sin embargo, existen diferentes factores que pueden contribuir a la aparición de esta patología. Entre ellos cabe destacar:
- Factores genéticos: el hecho de contar con familiares como padres, abuelos o tíos que hayan padecido o padezcan artritis reumatoide supone un factor de riesgo a la hora de desarrollar la enfermedad. Aunque es importante destacar que es un factor predisponente pero no determinante. Es decir, el hecho de que una persona herede un rasgo genético que pueda portar el gen de la artritis reumatoide no significa que necesariamente vaya a terminar desarrollándola.
- Obesidad y hábitos alimenticios: los estudios demuestran que la artritis reumatoide es más frecuente en personas que padecen de obesidad. Además, existen ciertos alimentos como los pescados azules que ayudan a disminuir la inflamación articular por lo que tener una alimentación saludable puede contribuir a evitar la aparición de esta enfermedad.
- Tabaquismo: las probabilidades de padecer artritis reumatoide de aquellas personas predispuestas a desarrollar esta patología se ven incrementadas por el consumo de tabaco.
- Infecciones: el hecho de padecer infecciones como consecuencia de bacterias o virus pueden contribuir en la aparición de la artritis reumatoide. También pueden agravar el estado de la patología en caso de padecerla previamente a la infección.
- El ambiente, las hormonas y la ingesta de determinados medicamentos son otros de los factores que pueden contribuir a la aparición de esta afección.
Síntomas
Como comentábamos al inicio los síntomas más frecuentes de la artritis reumatoide son dolor articular, articulaciones hinchadas, calientes y sensibles a la palpación, rigidez y pérdida de la capacidad de movimiento de las mismas.
En las primeras fases esta patología suele manifestarse en las articulaciones más pequeñas, es decir, aquellas que unen los dedos de las manos o de los pies y los síntomas suelen ser más agudos por las mañanas o tras periodos de inactividad.
Cuando la enfermedad entra en fases más avanzadas los síntomas se pueden extender a otras zonas más amplias como las muñecas, rodillas, hombros, caderas o codos. Y puede afectar a otras partes del cuerpo que no sean articulaciones como los pulmones, los ojos, la piel, los riñones, los vasos sanguíneos y el tejido nervioso.
Los periodos en los que los síntomas se manifiestan con mayor frecuencia o intensidad se denominan brotes sintomáticos y aunque la evolución de esta enfermedad sea variable y pueda desarrollarse de forma espontánea o aparecer y desaparecer intermitentemente lo más normal es que la afección vaya incrementándose a lo largo de los años y se padezca toda la vida. Es decir, de forma crónica.
Diagnóstico y tratamiento
En el caso de la artritis reumatoide el diagnóstico exacto y precoz es fundamental ya que de no ser diagnosticada y tratarse adecuadamente los síntomas tienden a ser cada vez más frecuentes y agudos llegando a poder producirse deformidades en las articulaciones e incluso provocar que las articulaciones se salgan de su sitio.
Por lo que si siente molestias persistentes o hinchazón en las articulaciones debe acudir a su médico con la mayor brevedad posible. Ya que es muy importante comenzar el tratamiento cuanto antes.
Existen diferentes tratamientos que incluyen la ingesta de medicamentos e incluso la cirugía en caso de que los medicamentos no surtan efecto. Sin embargo, la fisioterapia puede ayudarte mucho en el tratamiento de esta patología a través de ejercicios para mantener la flexibilidad de las articulaciones y el establecimiento de nuevos hábitos y nuevas formas de realizar las tareas cotidianas.
Además, hoy en día existen tratamientos que dan solución a las patologías crónicas cuando los tratamientos convencionales fallan. Ejemplo de ellos es la bioestimulación mediante láser. En concreto se trataría de una forma muy específica de usar la magnetoterapia y la laserterapia entre otros métodos.
Con la terapia laser, que es altamente efectiva y totalmente indolora, lo que se consigue es reducir los síntomas de la artritis reumatoide gracias a sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias. Pero además, también mejora significativamente la flexibilidad y la funcionalidad de la articulación frenando la cronificación, evitando tener que someterse a cirugías y mejorando la calidad de vida del paciente.