Mujer de 45 años aparece en consulta con dolor fuerte de rodilla al caminar, estirar la pierna, subir y bajar escaleras y cuestas, y también con la bipedestación prolongada. El dolor está instaurado en toda la rodilla, en la parte anterior y posterior, interna y externa. La rodilla presenta flexo y derrame articular debajo de rótula, encima y en la parte externa de la misma. No presenta dolor nocturno, pero presenta importante rigidez matutina que disminuye a medida que camina.
La paciente aporta informe médico de Resonancia Magnética con el diagnóstico de degeneración y rotura del cuerno anterior del menisco externo, degeneración cuerno posterior del menisco interno y condromalacia rotuliana.
La paciente se está planteando la realización de una artroscopia tal y como se lo ha sugerido el traumatólogo.
Se le aplica fisioterapia con terapia láser combinada bioestimulante. Con la primera sesión le desaparece el dolor general que tenía en toda la rodilla excepto en el compartimento externo de la rodilla, puede extender la rodilla desapareciendo el flexo, el derrame articular también le ha disminuido, y puede aguantar durante más tiempo haciendo actividades sin tanto dolor.
A medida que se continúa con el tratamiento el dolor va disminuyendo hasta desaparecer casi en su totalidad, permitiendo una práctica normal de actividades de su vida diaria como caminar, subir y bajar cuestas y estirar la pierna sin ningún dolor, y puede estar de pie 30 minutos seguidos y subir y bajar escaleras con ligeras molestias.
A la paciente se le aplicó 13 sesiones de terapia láser combinada bioestimulante en un periodo de tiempo de 4 meses.
Después de los resultados, la paciente no se plantea la realización de la artroscopia; tampoco ha vuelto a visitar al traumatólogo por anomalías en la rodilla.